domingo, 26 de diciembre de 2010

Uno cualquiera de sus amaneceres...






















He intentado incluiros uno de los vídeos que hacíamos cada mañana, pero pesan demasiado, y yo, inexperta informática, no sé cómo hacer para comprimirlos.
Así que os incluyo algunas fotos, que no son lo mismo, pero que espero os sirvan para haceros una idea de lo que ha sido levantarse con Lucas cada mañana y verle sonreir.
Yo tuve el placer de estar presente en cada uno de sus quince primeros desayunos con su madre. Ahora estoy aprendiendo a vivir sin verle cada día. Es una tarea árdua, pero lo sobrellevo como puedo.



Espero que disfruteis de cada foto tanto como yo lo hice en su día de cada momento.
Un beso enorme.











No hay comentarios:

Publicar un comentario