Turisteando

Toda "la panda" desde El Bund...

Los días pasaban y mientras arreglábamos papeles aquí y allá, también recorríamos la ciudad, visitando lugares interesantes y comprobando el transcurrir de la vida en China.

Desde un crucero por el río que pasa por Shanghai, el Huangpu

En el barco

Desde El Bund

Inicio de El Bund, paseo con 1,5 kilómetros

Isabel



Lucas progresaba adecuadamente y creo que nosotros también, francamente. Había que estar allí dos semanas para formalizar la adopción de Lucas y legalizarla, así que, estaríamos como fuese... Aunque mentiría si dijese que no estaba deseando (hablo por mi) que llegara el día 4 de diciembre, día en el que volveríamos a España y podríamos estar al final todos juntos y disfrutando de Lucas para siempre.

De turismo por la ciudad de Nanjing

Y... tuvimos un par de días libres en la ciudad, que, como no, aprovechamos para ver algunos sitios maravillosos. Perdonadme, pero los nombres es lo que se me atasca. Señalaré lo que recuerde.

Entramos en una especie de ciudad que creo es donde residía Confucio..., pero no me hagáis mucho caso, ehhh

Bonito, era muy bonito

Lucas con sus galletas de arroz

y nuestra Penélope, que ha llegado hasta la misma China

Esto es en una plaza muy chula, en pleno centro de la ciudad, donde Caty nos llevó el primer día a hacer las compras y donde luego regresamos para ver tiendas y dar un paseo...

El día estaba soleado y maravilloso, así que lo aprovechamos bastante... Lucas disfrutaba de cada momento. Llevábamos con nosotros todo lo necesario para no tener que volver hasta la tarde noche al hotel. Sus galletas, su manzana, su agua, algunos pañales, toallitas y sus purés, aunque he de decir que de lo que comíamos nosotras él también comía. Cuando le tocaba dormir echábamos el coche para atrás, le tapábamos con la mantita roja (de mi amiga Teresa) y nosotros aprovechábamos para tomarnos un café en algún sitio tranquilo...

Mañana os contaré donde estuvimos después, seguro que os gustará.

¡Hasta pronto!

Uno cualquiera de sus amaneceres...

He intentado incluiros uno de los vídeos que hacíamos cada mañana, pero pesan demasiado, y yo, inexperta informática, no sé cómo hacer para comprimirlos.
Así que os incluyo algunas fotos, que no son lo mismo, pero que espero os sirvan para haceros una idea de lo que ha sido levantarse con Lucas cada mañana y verle sonreir.
Yo tuve el placer de estar presente en cada uno de sus quince primeros desayunos con su madre. Ahora estoy aprendiendo a vivir sin verle cada día. Es una tarea árdua, pero lo sobrellevo como puedo.

Espero que disfruteis de cada foto tanto como yo lo hice en su día de cada momento.
Un beso enorme.

Sus amigos y compañeros de viaje

Lian con su papá Manuel...

Nuestra Caty, sencillamente maravillosa,


Malena, Shuangyi, Chentang y Laura...

Paula con su mamá Pilar, y Lucas con su mamá Isabel

Aitana y Lucas

Sara y Lucas con la tía Ani

Raúl y Lucas...

Alvaro y Lucas...

y el gran Martín

A Lucas le encantaba subirse al escalón que había en el ventanal de la habitación, desde donde se divisaba su ciudad perfectamente, la ciudad de Nanjing, de donde Lucas es.

Cada mañana, nada más despertar, abría las cortinas y nos dejaba ver los edificios y el cielo gris de Nanjing, que él con su sonrisa, se encargaba de transformar en soleado...

Lucas Hanwen López de Cuéllar

Y empezó su vida con su nuevo nombre, con su madre, con su tía, con Cathy, nuestra guía-traductora-amiga, y con un montón de gente que había ido a lo mismo que nosotras.
Y nada más empezar a conocerle supimos que no iba a necesitar un manual de adaptación.
Como muestra, un botón...


Comiendo un puré de ternera con verdura...

Comiendo arroz con nosotros...

La cerveza era solo para nosotros, ehh, a Lucas no le dimos (jeje)

Creando hogar sobre el suelo del restaurante...

Y... zampándose también nuestro postre. Y aquí termina el martes día 23, programa piloto de lo que serían el resto de los días. Cero problemas.

Buenas noches y hasta mañana.

Su primer amanecer...

Así se desperazaba Lucas, en su cunita, la primera mañana con nosotros. Más de diez horas estuvo durmiendo, tranquilo y confiado de que estaba en buenas manos..., las únicas manos que iban a cuidarle y protegerle de por vida.

Debíamos ir al Registro a firmar la adopción. Habían pasado 19 horas desde la entrega.

Fuimos de nuevo al Registro y allí estaba el director del orfanato que le dió a Isabel unos recuerdos para que los tuviera Lucas y supiera, de mayor, de donde procedía. Realmente se notaba mucho cariño en él al despedirse.

Isabel firmando la adopción y Lucas, como no, en todo el fregao, cotilleando los documentos...

Mientras esperábamos a que Isabel terminase con todo el tema legal... y lo que convertiría a Lucas Han Wen en hijo legal de Isabel.

Ya de regreso, en el autobús, madre e hijo, locos de contentos.

¡Y despertó...

Se encontró con su madre, con su tía, con muchas sonrisas, con mucho amor...

se encontró además con una galleta y un teléfono de juguete...

No ha dejado de comer desde entonces, y no solo galletas, sino absolutamente de todo...

Batidos...

Se acurrucó en su madre, desde el primer momento, como si tuviese una sabiduría interior que le hubiese contado sobre todos los años de espera, y además, todo lo bueno que estaba por llegar ... con una naturalidad asombrosa.

Abrió los ojos a su madre y a su nueva vida!

Y nos pusieron a Lucas entre los brazos

Una cosita pequeña, forrada con un montón de ropa, que le hacía aparentar estar rellenito, con unos ojos grandísimos y dormidito...


Se encontró con su madre mientras dormía, como en un sueño dulce...

La cuidadora del horfanato sonreía y nos entregaba recuerdos de Lucas, de sus casi dos años de vida en esa institución.

Habíamos estado llorando mientras le mirábamos y le acariciábamos, pero nos limpiamos las lágrimas y decidimos que cuando despertara iba a ver a su mamá y a su tía, felices, justo como se sentían en ese momento.

Y esperamos que despertara con una sonrisa en los labios, ésa que permanece desde su llegada a nuestras vidas...

Previo al encuentro con Lucas

Salimos del hotel temprano con el resto de las familias, y con Caty, por supuesto, hacia el banco. Teníamos que cambiar dinero para tener disponible el donativo para el orfanato, los gastos de registro, notario, etc..., y como no, comprar la comida y el carro del niño...

Compartiendo aceras con bicis y motocicletas, toda una experiencia, al fondo, Fran y Pili..., con Isabel, Mar.

Saliendo de Central Market, con la compra hecha.

En el taxi de vuelta al hotel para dejar las bolsas y dirigirnos hacia el Registro.

Teníamos que estar en el Registro a las 14,00 horas. Y allí estábamos como clavos, mientras Caty hablaba con los funcionarios, nosotros nos hacíamos algunas fotos timidamente. Los nervios estaban a flor de piel...

Isabel y Ani sonrientes, a nuestro lado, Natalia...

Edificio del Registro...

Y por fin, empiezó a llegar gente con bebés en brazos, en concreto entraron 3 personas con 3 bebés, que luego resultaron ser Martín (de Fran e Irene), Paula (de Dani y Pili) y Aitana (de Carlos y Natalia.

La emoción iba en aumento...

Yo apenas me di cuenta de cuando entró Lucas en brazos de su cuidadora, porque estaba grabando a Dani y su familia, y de pronto, Isabel me llamó. Me doy media vuelta y veo a una mujer con bata blanca con un niño muy grande, dormido entre sus brazos. Era inconfundible, le hubiésemos reconocido en cualquier sitio...

Era él.

Pero eso requiere una nueva entrada.